Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 05.

—Eso no es normal, Jimin.

Jungkook estacionó el auto frente a la casa del ojiverde. Pasaron todo el camino entre pequeños sollozos por parte de Jimin, contando su pequeña historia de acoso.

—¿Quieres pasar?

—Si, quiero.

Ambos salieron del coche y se dirigieron a la puerta, Jimin —aún con sus manos temblorosas— abrió. Dejó su chaqueta colgada del perchero que se encontraba a un costado y le dio un afirmación de cabeza a Jungkook para que imitara su movimiento. Luego se dirigieron a la cocina, Jimin estaba malditamente hambriento.

—Trabajo en un bar para alfas y soy un omega, es lo más normal del mundo —frunció su nariz—. Doloroso, triste pero normal a fin de cuentas.

—No te tienes que acostumbrar a eso, bonito. El acoso no es algo normal.

—No me da miedo por mi, pero tengo un hijo pequeño, no sé que haría él sin mi.

—¿Junseo dónde está?

—En la casa de Jiyu, cuando tengo turnos tan extensos él se queda a dormir en su casa —Jungkook asintió.

Jimin sacó algo de carne y pan de la nevera, sándwiches sonaba como la opción más rápida. Sirvió dos vasos con jugo de naranja.

—No pensaste, ya sabes, en conseguir otro empleo.

—Lo hice, pero necesito el sueldo del bar. Soy un omega con un hijo, no es tan fácil como parece.

—¿Y tu alfa?

—No tengo alfa, Jungkook —dio un mordisco al sándwich.

¿Tú quieres serlo?

—Es una pena.

—¿Lo es?

—Te verías lindo con una mordida en el cuello.

—¿Una mordida de cualquier alfa o solo con una tuya?

¿Eso lo pensó o lo dijo?

—¿Tú qué piensas?

Jungkook se apoyó en la barra de la cocina. Una sonrisa llena de ego puesta en su cara que se amplió en el momento que Jimin levantó sus hombros, tratando de demostrar que eso no le parecía un tema relevante.

Pero mierda, claro que lo era. Especialmente porque Jimin —y tal vez Jungkook también— se lo había imaginado, los dientes del alfa sobre su cuello. Un escalofrío recorrió la espalda de Jimin en el momento que Jungkook se acercó más, su aliento de menta golpeaba contra su cara.

—Bueno, yo creo que eso es relativo, digo em, claro que lo es. Lo es, ¿no? —Jungkook sonrió ante el nerviosismo notorio en la voz de Jimin.

—¿Qué cosa?

—Las mordidas, porque, sinceramente, eso es complicado. Muy complicado —Jimin hablaba tan rápido que ni él mismo se entendía—. No hay muchos alfas que hagan mordidas lindas, ¿te imaginas ir toda tu vida con un desastre en el cuello? Es casi un evento traumático.

Jimin hubiera seguido durante horas discutiendo sobre los eventos post mordida, discutiendo sobre consecuencias psicológicas o sobre lo horrible que eran las mordidas. ¡Claro que lo hubiera hecho!

Pero perdió totalmente el hilo de la conversación en el momento que las manos de Jungkook sujetaron sus caderas y perdió aún más la razón en el momento que los delgados (y lindos) labios del alfa rozaron los suyos. Y perdió totalmente cada fundamento existente en su cabeza cuando los labios del castaño colisionaron sobre los suyos.

Un beso suave, cálido, como si fueran una pareja de toda la vida. Como si sus labios se hubieran creado para estar juntos.

Jimin rodeó el cuello de Jungkook, apretando sus cuerpos. Dejó que el alfa manipulara sus labios a su gusto, dejó que apretara su cintura y él fundió sus manos en el pecho de Jungkook.

Al momento de separarse Jimin picoteó unas cuantas veces la boca del opuesto. Para ser sinceros, él no quería despegar sus bocas porque no sabía que decir después de eso.

Un alfa jamás lo había besado así, como si realmente valiera la pena, como si fuera más que un omega con el que solo pueden tener sexo.

Jungkook notó la expresión de Jimin... Lucía tan arrepentido, tan fuera de lugar. Se alejó del ojiverde por puro respeto, sin embargo no quería hacerlo. Se sentía bien cuando estaba con sus manos en el cuerpo del contrario.

—Lo siento, Jimin, no te tendría que haber besado, perdóname, no lo pensé.

Jimin frunció su ceño, confundido, ¿Jungkook se estaba arrepintiendo de besarlo?

—Está bien, Jungkook. Me gustó, no pasa nada.

—¿Te gustó?

—Si —él no sabía por qué estaba tan nervioso a la hora de responder—. Si, me gustó.

—No parece que te haya gustado.

—¿No?

—No.

—Ven.

Jungkook acercó su cuerpo hacia Jimin. El omega tomó el rostro de Jungkook entre sus manos, acarició sus mejillas y rozó sus narices, el alfa puso sus manos en la espalda de Jimin, dibujando patrones abstractos sobre la camiseta del rizado.

—Oye, eres muy lindo —el omega dijo.

—Oye, tú también.

Jimin sonrió y juntó, nuevamente, sus bocas. La sincronía perfecta estaba en sus labios, como una danza anteriormente practicada. Las cosquillas estaban presentes en el estómago de Jimin, su omega estaba feliz.

El omega se sentía querido.

Cuando sus bocas por fin se despegaron, ambos sonrieron. Jungkook carraspeó su garganta sacando el pequeño nudo de nervios que tenía.

—Yo, em, es tarde —miró el reloj de su muñeca.

—Creo que debería irme.

—Oh si, claro —las piernas de ambos comenzaron a caminar hacia la puerta—. Gracias por haberme traído y por haberme salvado de esa situación.

—No hay nada que agradecer, cariño.

Jungkook dejó un beso en la mejilla de Jimin y también dejó un casto beso sobre los labios del omega.

—Nos vemos ¿mañana?

—Si, adiós, Jungkook.

✧✦✧

—¡Mami!

Junseo había llegado a casa a las siete de la mañana, Jiyu tuvo que llevarlo ya que el niño se encontraba mal.

—¿Qué pasa, hijo?

Jimin entró a la habitación y se encontró a su pequeño sentando en la cama con vómito sobre su pijama de camioncitos.

—Perdón, mami —sollozó el niño.

—No pasa nada, bebé.

Agarró a Junseo y lo llevó al baño, dejándolo sentado sobre un banco que había en el lugar. Rápidamente fue de nuevo a la habitación para despejar las sábanas con vómito de la cama.

—¿Qué te parece si te doy un baño? Puedes jugar en la bañera con tus muñecos.

—Si —aplaudió, con muy poca energía, sus manos.

Colocó agua caliente hasta la mitad de la bañera, para que Junseo pudiera estar sentando sin ningún inconveniente. Le sacó el pijama sucio y lo metió en el agua.

—¿Estás enojado, mami?

—No, Jun, ¿por qué lo estaría?

—Papá Won decía que solamente los malos hijos se enfermaban —agarró una muñeca que estaba sumergida—. No soy mal hijo, lo juro, intenté llegar al baño pero no pude.

Las lagrimas caían por el rostro de Junseo, un puchero marcado en sus labios y sus cachetes rojos.

—No importa lo que Siwon haya dicho. No eres mal hijo, eres el mejor bebé del mundo, mami está contento de tenerte.

—Papá era malo.

—Si, es malo.

—Yo no quiero a Si-Siwon, yo te quiero a ti.

—Y yo te amo a ti, con todo mi alma —el niño sonrió.

—¿Quieres jugar con mis muñecos?

—Claro, quiero ese de ahí —agarró un soldado.

—Tengo un patito, ¡lo podemos usar para que sea el caballo de tu soldado! —Jimin dio una sonrisa ante la idea de su hijo.

—Amor, ¿me das un abrazo?

—Abrazo de oso —exclamó antes de tirarse sobre el cuerpo de Jimin. Junseo apoyó su cabeza en el hombro de su madre donde susurró un pequeño "perdón", Jimin solo negó con su cabeza. Odiaba haber expuesto a su hijo ante una persona como Siwon, una persona que lo destruyó tanto.

Se odiaba a si mismo por haber permanecido al lado de alguien que lastimó a lo más preciado que tiene.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro